6 de septiembre de 2020

Tras las cortinas

Irremediablemente era tu cartel.

De eso nadie duda, ni un niño

que por más inocencia más se sabe de estas cosas

han dicho los lustrabotas que te miraban

más de la cuenta,

más incluso que la sumatoria de todas mis miradas hacia ti,

mi húmeda cuneta favorita y desgastada por el peso de estos juegos,

y que te llame “cuneta” no es relevante,

se entiende, por lo demás,

de qué hemos hablado tantas las últimas veces:

de lo curioso de estos recuerdos que remuerden,

que reviven y reaparecen ocultos, tras las cortinas,

porque este barrio está lleno de espías.


(2001)

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